LA COB DEBE REINVINDICAR LA LUCHA DEL PUEBLO BOLIVIANO

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1 de Mayo Revolucionario

POR LA LIBERACIÓN NACIONAL Y EL SOCIALISMO

Como resultado de las luchas obreras europeas y norteamericanas, que se materializaron en la resolución del 20 de julio de 1899 en  el Congreso Internacionalista  de  socialistas marxistas realizado en Paris, fue declarado que el  Primero de Mayo se organizará una gran manifestación internacional donde los trabajadores debían conminar  a los poderes públicos a reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo. Desde entonces se celebra el 1 de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores.

En Bolivia, las manifestaciones en homenaje al Día de los Trabajadores,  se organizan desde la primera década del Siglo XX, donde se reclama también las ocho horas de jornada laboral. Los gobiernos liberales de entonces veían en estas manifestaciones, el peligro comunista. Su reacción frente a la organización sindical fue sucesivas masacres: en  Uncía en 1918, la segunda también en Uncía en 1919,  una tercera en 1923 en la Empresa Minera El Porvenir de Simón Patiño.  La violencia y la muerte fue la respuesta de la “rosca minera” a la demanda de ocho horas de trabajo.

Con la fundación de la Central Obrera Boliviana en abril de 1952, fruto de una acumulación histórica, la celebración del Primero de Mayo será protagonizado por milicias de obreros y campesinos que marchaban  victoriosos anunciando las esperanzas de una revolución social, que luego será traicionada por el MNR. A los pocos años, en la celebración del 1 de Mayo de 1957, algo cambió de manera sutil, la fuerza de las armas que conquistaron una revolución, fueron cambiadas por consignas como “revolución es progreso” o  “marchamos hacia el progreso”. La mística revolucionaria había sido  canjeada por el mito del progreso.

Este Primero de Mayo del 2021, encuentra a los trabajadores bolivianos ante un dilema parecido: preservar las banderas que dieron inicio al denominado Proceso de Cambio que proclama el tránsito hacia una nueva sociedad que los bolivianos  han denominado el Socialismo Comunitario para concretar el Vivir Bien o  canjearla por el viejo mito de la “modernidad” y el “desarrollismo”,  tratando de emparentar lo nacional popular con estos objetivos que son ajenos a la lucha de los trabajadores y del pueblo boliviano.

La COB debe reconstituirse para volver  aglutinar la fuerza social que requiere el proceso histórico, para retomar  el objetivo de su razón de ser: articular desde las bases sindicales el poder popular.

Dos momentos históricos enseñaron a la Central Obrera Boliviana a confiar en sus propias fuerzas y en las masas organizadas y movilizadas: la insurrección del 9 de abril de 1952, en la que teniendo el poder real y en armas cedieron a los traidores la revolución y en 1985 dejará entrar a paso de parada al neoliberalismo privatizador y saqueador.

Está en la experiencia de las organizaciones proletarias, indígenas campesinas y de la clase media, que el neoliberalismo penetró, corrompió y destruyó la estructura organizativa y política de la COB hasta convertirla de una organización revolucionaria en una gremialista alejada de sus principios y prácticas.

 

La COB, hasta hoy, está dotada de una doctrina política, principios y tesis políticas que señalan como objetivo histórico la liberación nacional, la toma del poder para el pueblo, la defensa e industrialización soberana de nuestros recursos naturales y la construcción de una democracia participativa.

Con una admirable visión, el Encuentro Nacional de dirigentes y ex dirigentes de la COB (15 de marzo de 2019) concluyó que la contienda es la profundización del proceso de cambio frente al proyecto colonial y privatizador que no ha muerto, denunciando la conspiración que estaba en marcha, convocando a la defensa del proceso de cambio.

La brutal conspiración se materializó en noviembre del 2019, con la agravante que contó con la complicidad de dirigentes sindicales activos, parlamentarios del MAS que se rehusaron escuchar la voz de mando de resistencia al golpismo, militares y policías desleales y apoyo de los gobiernos títeres del imperio yanqui (Brasil, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina y Perú).

A la COB le corresponde, por moral, aglutinar a todas sus fuerzas y reencausar la línea política socialista, anticolonial y antimperialista, convertir a las bases sindicales en órganos de decisión, fiscalización y participación en la construcción y ejercicio del poder popular, entendido no como distribución ni corruptelas en exigencias de “pegas”, sino  para   “ampliar la participación de la masa en las estructuras y espacios de todas las empresas públicas y las entidades donde el Estado tenga participación. Es hora que los trabajadores asuman las responsabilidades de este tiempo de cambio.  Debe terminar el rol de delegar y observar. El pueblo debe ejercer el poder”; para recuperar sus fuerzas, debe retomar el objetivo nacional de defensa de los recursos naturales y su industrialización responsable con la Madre Tierra.

Este es el camino para tener una COB que aglutine al conjunto del pueblo,  “proponiendo” objetivos programáticos que articulen los objetivos reivindicativos, particulares, con los objetivos generales, estratégicos; construyendo democracia y poder popular. Es el camino para  mostrarnos  a los propios bolivianos que sus trabajadores se han unido y  que están dispuestos a demostrar su fuerza.

GLORIA A LOS MÁRTIRES DE CHICAGO

GLORIA A LOS TRABAJADORES MÁRTIRES DE BOLIVIA

VIVA EL 1 DE MAYO

UNIDA Y LUCHA.

La Paz, mayo de 2021

Colectivo Revolucionario Plurinacional

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