SOLUCIONES SI, REPRESIÓN NO
Colectivo Revolucionario Plurinacional
Coronavirus, una amenaza terrible para la humanidad, que ha convertido a las personas en seres frágiles e indefensos y a los gobiernos, en particular al nuestro, en engendros impotentes que han copiados medidas similares a nivel mundial sin lograr parar la pandemia. Un tercios de la población del planeta están en cuarentena hasta el 25 de marzo.
Los sistemas de salud de las naciones más desarrolladas han colapsado, las tragedias que viven Europa y EE.UU. han superado la vivida por China, y nos hacen avizorar para los próximos días una situación de espanto para los latinoamericanos y caribeños, donde los gobiernos la única arma que tienen es la “cuarentena”, método por el cuál, ante los débiles sistemas de salud, se hace responsable a la propia población del cuidado de su salud.
Además, la pandemia está acelerando una grave crisis no sólo económica sino civilizatoria que evidencia que el capitalismo no tiene respuestas a los grandes problemas de la humanidad, al contrario es el problema, que pone en riesgo la sobrevivencia de la especie y de la Madre Tierra.
En este contexto, el gobierno de facto, ha lanzado una serie de medidas para enfrentar el coronavirus que replican lo que están haciendo nuestros países vecinos, pero al no responder a nuestra realidad concreta nos muestra un manejo negligente, mediocre e improvisado de la crisis desatado por el coronavirus, ni hablar de su politización electoral.
Por una parte, en el sistema de salud, los profesionales y trabajadores del área, han denunciado que no sólo no existe un plan de contingencia, sino que no se ha prevenido recursos logísticos básicos como implementos de bioseguridad para el personal, equipamiento de los hospitales y/o centros de atención primaria para los afectados. Toda la tragedia narrada por los médicos se resume en la declaración de uno de ellos: “Nos están lanzado a la guerra sin armas”. Ahora sí corresponde decir, nosotros apoyamos a nuestros médicos.
Respecto de la cuarentena, la medida ha desnudado sin tapujos las desigualdades económicas y sociales, en nuestro caso, inclusive raciales. La medida ha desbordado las previsiones del gobierno de facto, incluido su capacidad de control. En varias zonas del país, principalmente suburbanas, la medida ha sido desobedecida por la población, pero sobre ciertos sectores de El Alto han llovido una serie de epítetos embadurnados con odio y desprecio racista, como la del Ministro Murillo, brillante por su lenguaje majadero: “No seamos ignorantes. Ni con chuño, ni con papa, ni con tarhui, vamos a sobrevivir a esa enfermedad si no nos cuidamos”. No se le puede exigir a esta derecha conocimiento de la realidad del pueblo, solo puede repetir los cánones de la mentalidad colonial que le atribuye al pueblo “ignorancia”, cuando las raíces del problema son otros.
Una cuarentena paraliza una gran parte de la producción y de la actividad económica, siendo un gran golpe para una gran parte de la población que vive con los ingresos diarios que generan. En el caso boliviano, la situación de estas personas se ha tornado más difícil por tres razones anteriores al Coronavirus:
- La paralización productiva y sobretodo comercial causado por las acciones golpistas entre los meses de octubre y noviembre, cuando ya achicaron sus ingresos.
- La incertidumbre generada por el gobierno golpista que no tiene un proyecto que reemplace el modelo económico de Evo Morales, que ha paralizado las inversiones y provocado el retiro de los ahorros de las instituciones financieras, por consiguiente ha existido menos consumo, así lo demuestra la actividad comercial y hotelera en las fiestas de navidad, año nuevo y carnavales que precisamente afecta a estos sectores que son reticentes a la cuarentena.
- Las medidas neoliberales para desmoronar las empresas estatales, la paralización de los proyectos de construcción y la inmovilización del mercado interno son medidas que nos hacen avizorar una grave crisis económica ahora más profunda con las consecuencias del coronavirus.
Estos sectores están en una grave disyuntiva, si no trabajan no tienen ingresos ni para comer, los últimos acontecimientos no les permitieron ahorrar, así desvalidos enfrentan al tenebroso coronavirus, con la estigmatización de que serán culpables de su expansión: o mueren de hambre o mueren de coronavirus. Esta es la “ignorancia” que les obliga a ser temerarios. Pero, por otra parte, y los del gobierno saben, que una cuarentena estricta, siendo una necesidad, a la vez es un suicidio, porque es insostenible en el tiempo, por ejemplo, la cámara de industrias ya señaló que su extensión va suponer el cierre de centenares de empresas. Así la realidad demuestra quienes sufren más y primero esta pandemia, cuyas consecuencias son impredecibles.
Tomando en cuenta este contexto sugerimos las siguientes medidas, que también replican la experiencia de países que tienen mayores resultados en esta crisis:
- Fortalecer de manera urgente e inmediata el sistema público de salud, inyectando recursos y logística.
- El Estado debe garantizar la provisión de alimentos para familias en situación de vulnerabilidad y de calle a través de un ingreso mensual. Se debe coordinar con las empresas que producen y aprovisionan alimentos. Las iglesias, además de jugar un rol político, deberían desarrollar acciones humanitarias.
- Suspender el pago de servicios vitales (agua, luz y gas), responsabilidades que debe asumir el Estado para sectores deprimidos durante toda la emergencia. Política similar respecto de los alquileres.
- Estabilidad laboral para todos los trabajadores del sector público y privado, prohibiendo los despidos. Al mismo tiempo generar políticas para evitar el cierre o quiebra de empresas.
- Cerrar las fronteras no solo para personas extranjeras, sino también de productos que se manufacturan por las empresas nacionales y nuestro sector agrícola. Restituir el control de exportaciones para evitar el desabastecimiento del mercado interno.
- Suspensión de pagos de capital e interés en todos los créditos, preferentemente los de carácter productivo y social.
- Ante la crisis sanitaria y para atender el pico de la epidemia, además como respaldo al sector hotelero, alquilar estas instalaciones que tienen una infraestructura para convertirlas en centros de emergencia y aislamiento para personas en cuarentena, ejemplo los repatriados. Así se lleva a los hospitales sólo los casos graves. El personal que atendería estos centros debe ser personal de salud a ser contratados.
- De manera urgente realizar un acuerdo bilateral con la República Popular de China, la compra a precios preferenciales de insumos médicos, como test rápidos y normales, mascarillas, respiradores, barbijos N95, batas desechables, lentes, medicamentos como el interferón y otros. Solicitar su transporte en aeronaves de carga china hasta Bolivia.
- Aunque no sea del agrado gubernamental, por razones humanitarias se debe gestionar la ayuda de Cuba y el retorno de las brigadas médicas.
- Contratar personal médico en cada barrio o manzano, en una posta, centro estatal o privado, para instaurar un centro de emergencia que sea lugar de referencia para dar asistencia en las casas donde necesiten monitoreo exclusivamente en el caso del coronavirus. Así se está cerca de la gente afectada.
- Solicitar al Ministerio de Salud que reponga a la brevedad posible el SAPSI, y mediante su metodología, se puede atender los casos de coronavirus en el área rural. Así también se propone esta metodología para el área urbana.
- Reponer el sistema de radios comunitarias con el objetivo fundamental de informar los casos de contagios comunitarios en el área rural. Designar un radio matriz en cada Departamento. Paralelamente atacar el dengue, solicitando a todos los hermanos de zonas endémicas, que aprovechando la cuarentena limpien sus casas y destruyan depósitos de larvas.