¿De dónde viene la catástrofe nuclear?
El peor instrumento de opresión que la humanidad haya conocido
Semanas antes de la ratificación como presidente de la Federación de Rusia a Vladimir Putin, las secciones internacionales de la mayor parte de los medios de comunicación han sonado la alarma de catástrofe nuclear a raíz de sus declaraciones donde advirtió a los países de Occidente sobre las consecuencias destructivas que tendría para el mundo el uso de ese tipo de armamento.
Textualmente: «(Las naciones occidentales) deben darse cuenta de que también tenemos armas que pueden alcanzar objetivos en su territorio. Todo esto amenaza realmente con un conflicto con el uso de armas nucleares y la destrucción de la civilización. ¿No lo entienden? ¿No lo entienden?»
No se trató, como se pretende hacer ver, de una amenaza dirigida en contra de los enemigos de su país, sino de un llamado al sentido común de algunos de los líderes más belicistas de nuestro tiempo. Y antes de que se acuse el presente texto de haber caído en los argumentos del propagandismo (post)soviético, revisemos, primero, el contexto en el que se dieron las afirmaciones del mandatario ruso.
Como se sabe, se trató de una respuesta a una declaración del presidente de Francia, Emmanuelle Macron, quien señaló en una entrevista acerca de la situación de Ucrania, que: “Hoy en día no existe consenso sobre el envío de tropas sobre el terreno de manera oficial, aceptada y respaldada. Pero en términos dinámicos, no hay que descartar nada. Haremos lo que sea necesario para garantizar que Rusia no pueda ganar esta guerra”.
Aquel “haremos lo que sea necesario para garantizar que Rusia no pueda ganar esta guerra” es la oración central que explica toda la situación que atraviesa ya no sólo Europa Oriental, sino el resto del mundo. Durante las últimas semanas, la retórica belicista del bloque occidental liderado por los Estados Unidos bajo el paraguas simbólico de la OTAN, no ha hecho más que intensificarse después de que Rusia afianzara su control sobre la región Avdiikva.
Una vez se googleé aquel nombre para verlo en un mapa, limitémonos a señalar que se trata de la mayor victoria del ejército ruso desde que se desatara el conflicto con Ucrania, y que marca un avance significativo de sus fuerzas terrestres hacia el corazón de este país, Kiev, cada vez más cerca. Poco después, Ursula Von Der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, llamó a incrementar el apoyo financiero y militar a Ucrania, mientras se discutía la aprobación de nuevos paquetes de ayuda económica también para ese país en el senado de los EEUU.
En es este contexto en el que se dieron las palabras del premier francés y la representante de la Unión Europea, de alguna manera satirizadas contra Putin como una reacción emocional frente al derrocamiento de gobiernos pro-francéses que se dio en el continente africano durante los últimos años, desde el cual también se proyecta una mayor influencia de los BRICS. Una situación cuasi descolonizadora que preocupa ya no sólo a Francia, sino a toda la UE y la OTAN, incluyendo a los EEUU y que también llevó al canciller húngaro (país miembro de la OTAN), Peter Szijjarto, a señalar que no se descartaba un despliegue de fuerzas militares terrestres de la OTAN en Ucrania.
Esta serie de amenazas de acción militar directa no se realizan en contra de un país pequeño y sub desarrollado (y no deberían hacerse en contra de ningún país si se siguieran los principios de la ONU), sino en contra de la segunda potencia nuclear del planeta, que se encuentra en estado de guerra y que está obligada a tomarse en serio cualquier amenaza que se haga en su contra, por más emocional que esta parezca, así como a ofrecer respuestas inequívocas sobre su voluntad de defenderse ante cualquier ataque, lo que podría llevar, más allá de su voluntad, al uso de armamento nuclear.
Si dichas afirmaciones todavía resultan demasiado alarmantes para el lector, deténgase por favor a considerar que, aunque varios países en el mundo han tenido y tienen bombas atómicas, sólo un Estado en el planeta las uso dos veces y en contra población civil: EEUU, en Hiroshima y Nagasaki.
Más allá de si se aplaude o no las constantes derrotas del imperialismo estadounidense y de sus aliados europeos en Asia, África y Medio Oriente, tanto a manos de Rusia, Irán o Burkina Faso, no debe perderse de vista que la verdadera amenaza en contra de la humanidad no proviene de nuevas potencias que están emergiendo ante el debilitamiento inevitable de la hegemonía gringa, sino del peor instrumento de opresión en contra de la humanidad que se haya concebido, como alguna vez llamó Fidel Castro a la OTAN.
Desde su creación, la OTAN ha servido como la principal plataforma del imperialismo estadounidense para armonizar los intereses de sus miembros subordinados, desde Inglaterra hasta Alemania, en contra del resto del planeta, en lo que alguien clasificó alguna vez como una herramienta de imperialismo colectivo de Occidente en contra del Tercer Mundo. Estuvo tras las atrocidades de Vietnam, el Golfo, los Balcanes, Irak, Afganistán y muchos otros episodios de saqueo imperial por parte de Europa y EEUU.
Los pueblos oprimidos del mundo no deben subestimar la capacidad destructiva de la OTAN y su principal miembro, los EEUU. Para aquellos ingenuos que todavía creen que vivimos tiempos mejores, sólo miren sus celulares para darse cuenta que todavía hay nazis, y estos perpetran a plena luz del día un segundo holocausto en contra del pueblo palestino. Todo es posible.
Colectivo Revolucionario Plurinacional Marxista Comunitario – CRPMC