LA HUMANIDAD DEBE LUCHAR PARA EL CAMBIO

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H2 – INSURGENTE

La pandemia COVID 19 se presentó con toda su fuerza arrolladora desnudando las desigualdades, las carencias y las injusticias sociales que el capitalismo se encargó de sembrar por el planeta. La pandemia se ha convertido en menos de que canta un gallo en una verdadera amenaza planetaria.

La segunda guerra mundial no paralizó a todos los países de mundo, el COVID 19 sí, al extremo que sin lugar a dudas es como si estuviéramos caminando en terreno minado.

La prensa controlada por el gobierno norteamericano, como CNN y las otras cadenas que incondicionalmente se han subordinado a los poderes extra-nacionales, informan que el país que más contagios y muertes tiene es EE.UU. Esa misma prensa nos dice que New York, tiene en sus calles un espectáculo espeluznante, donde ya no es necesario ver esas películas de los muertos que caminan y contagian su mal a los seres vivos. Muchos Estados han roto toda posibilidad de dar sepultura ni siquiera temporal o incinerar los cadáveres que quedan en los hospitales y los que están tirados por las calles.

Se han llenado todos los medios de prensa con avisos para que nadie salga de sus casas. Pero esos avisos no toman en cuenta a los más desprotegidos por las sociedades, existen miles, sino millones que viven en las calles de las ciudades más opulentas del mundo. La cuarentena será imposible para los miles (sino millones) de personas. Tampoco pueden cumplir las personas que viven hacinados en pequeños departamentos en la mayoría de los edificios de las ciudades más importantes, esas personas viven en verdaderos cubículos donde la saturación es total. Compatriotas nuestros que viajaron al norte en busca del país de las maravillas, cuentan que en un mismo departamento las personas viven por turnos; los unos descansan en la misma habitación utilizando los mismos enseres, mientras los otros se encuentran  trabajando.

En Italia, el Ejército y la Policía han sido obligadas a recoger los cadáveres de las calles y en España no han parado de quemar cadáveres, incluso metiendo en los hornos crematorios varios cadáveres a la vez.

En América Latina encontramos a un Ecuador donde sacaron a sus muertos a la calle, para que el resto de la familia permanezca en la cuarentena.

Desde hace muchos años el mundo ha estado enfrentando epidemias y pandemias parecidas al Covid 19, sin embargo, éstos males han sido maquillados para desviar no solo la atención, sino hasta para crear prejuicios y desviar de esa forma sus efectos a otros horizontes, incluido los religiosos y morales. ¿Acaso el SIDA no es una pandemia que ya ha cobrado millones de vida a lo largo y ancho de todo el planeta?, y ellos han hecho creer que afectaba sólo a un pequeño grupo que dizque tenía algunas desviaciones sexuales.   

Se podría hacer una enorme reseña sobre la desgracia que tiene que vivir la humanidad que, a su vez, refleja la vulnerabilidad del género humano, todo esto porque se privilegió la carrera armamentista, las inversiones para costear golpes de Estado, para las operaciones encubiertas y psicológicas, con el único objetivo de mantener una sociedad de injusticias, de segregaciones, de pobreza, de hambruna, de explotación  que no tiene otro nombre que colonialismo (y para maquillar un poco hasta le han puesto neocolonialismo).

Pero lo que salta ante los ojos de la humanidad es la evidencia de que este mal que se ha incubado, ya ha afectado las bolsas de valores, la paralización de la actividad económica, industrial y comercial y todas las otras actividades a escala planetaria.

Lo que queda en evidencia es que todos los países controlados por el capital han priorizado la carrera armamentista y la represión al pueblo de todos los países. EE.UU. destina a la carrera armamentista (para fabricar artefactos para la muerte) un presupuesto mayor a todos los presupuestos de los otros países en mundo.

Paralelamente a ese despilfarro se ha ido desprendiendo de las obligaciones en la salud y la educación. Si hacemos una pequeña comparación, encontraremos que los países como China y Cuba e incluso Alemania, si tienen menos contagios y menos muertos, es porque el servicio de salud es eminentemente público, ocurre todo lo contrario, con los Estados Unidos, Chile, Colombia y Ecuador donde se han privatizado los servicios médicos y la seguridad social. En el mejor de los casos,  al sistema de salud pública se destinan los recortes del festín.

Ha llegado la hora de que los pueblos del mundo demandemos a nuestros gobiernos, la reestructuración los presupuestos nacionales, para que los países que se ufanan de ser dueños de vidas y haciendas, destinen por lo menos una mitad de sus gastos de la carrera armamentista y la represión  al sistema de salud y que cumplan con la declaración universal de los derechos humanos, porque la salud es un derecho humano mucho más importante que la muerte.

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