DESPUÉS DE 70 DÍAS, EL ESTADO ABANDONA A LA POBLACIÓN
Creí que después de largos 70 y pico días de encierro y restricciones servirían para estar preparados para enfrentar la pandemia; creí que por lo menos cada hospital tendría mínimo dos respiradores extras para tratar casos grave; creí que tendríamos miles de pruebas para detección y así permitir un aislamiento oportuno de casos y contactos; creí que todos los nuevos hospitales, ya construidos, se iban a poner en función aunque sea sólo para tratar casos COVID-19; creí que se estaba armando un plan de salud ante la pandemia y ante la inminente elevación de casos, porque todos sabemos que los contagios no paran el virus, no se esfuman y no sólo el que incumple la cuarentena se enferma; creí que nuestra vuelta a la «normalidad» sería con más seguridad, con menos sentimiento de culpa, con menos estigma de que si me enfermo solo será mi culpa y solo dependerá de mi suerte el no morir.
Qué candidez, no es como había creído, no existe ningún plan de salud para enfrentar esto; no hay más pruebas y pronto se acabarán porque se paralizaron las compras; no hay más respiradores y muchos hospitales de 2do y 3er nivel ya construidos aún esperan ser pintados de verde y el tiempo de propaganda para poder funcionar; y, tampoco se crearon más ítems ni convocaron más profesionales de salud para enfrentar la pandemia, sólo se aprobó una ley para que los especialistas puedan trabajar doble turno.
Es triste ver y vivir este momento, es el único país del mundo que vuelve a sus actividades casi con total normalidad cuando el pico de contagios está en plena subida, cuando los contagios por día se incrementan batiendo record día a día. Es triste ver y vivir como el gobierno se lava las manos, dejando la responsabilidad de la pandemia en cada una de las personas. Es triste ver y vivir cómo nuestros gobernantes no cumplen con sus obligaciones en materia de salud, que ellos mismos se dieron y que les delega la Constitución Política del Estado. Ante el abandono del gobierno, nos toca a nosotros asumir con responsabilidad los protocolos de bioseguridad, cuidemos a nuestras familias.