LA CRISIS QUE LA PAGUEN LOS RICOS

Comparte:

El gobierno de la golpista Janine Añez ya no puede mantener la cuarentena como se habían propuesto. El plan de ninguna manera estaba considerado como instrumento médico-sanitario contra el virus COVID19. El proyecto de los golpistas era de mantener a la población encerrados en sus casas, anulando la protesta, sin necesidad de recurrir a la represión sangrienta, como las ejecutadas en muchos lugares del territorio nacional.

El Estado de Sitio era una medida que podía ser implantada para frenar el descontento. Es cierto que la pandemia es una cuestión mucho más grave de lo que se piensa, pero la dictadura lo utilizó para consolidar el golpe. Los primeros días se la tenía a la Añez hablando boberías todos los santos días, a través de los medios que son parte del golpe. Fue el agente de la CIA Erick Foronda, al que se sumaron algunos ministros, el primero en “sugerir” que mantenga perfil bajo, el cual no significó, en ningún momento, que dejaran de utilizar el lenguaje autoritario y amenazador, como los Ministros de Gobierno, Defensa y Obras Públicas.  

A esta altura han quedado desnudados y lo único que muestran es su total incapacidad para hacer nada. Los alardes que ostentaban, cada uno de ellos en competencia ya no les sirve de nada. Esa incapacidad,  les ha obligado a pasar la bola del control de la Pandemia a los gobiernos municipales. Es decir, la cuarentena no tiene control menos de los gobiernos municipales porque la misma ha sido rota en una infinidad de veces. Es el hambre el que condiciona que las personas salgan a la calle para buscar la forma de llenar la olla. La población boliviana ha estado por más de dos meses en cuarentena y ellos han empezado a anunciar que “debemos volver a la normalidad”.

Los golpistas, cuanto no quisieran que Bolivia tenga el mismo comportamiento político, social, económico, anterior a la pandemia. Hasta este momento no se dan cuenta que la situación ha cambiado radicalmente. La situación económica, social y política, no es la misma. Los golpistas han echado mano a los recursos que el gobierno de la revolución democrática y cultural había dejado con reservas suficientes, solvente presupuesto y una producción sólida, que es lo que verdaderamente ha permitido enfrentar la pandemia. Los recursos del Estado Plurinacional, no solo han evitado que la pandemia tenga resultados catastróficos, sino que les ha hecho deslumbrar la angurria del enriquecimiento fácil, al extremo que todos ellos, sin excepción alguna, están robando a manos llenas.

La verdad es que nada volverá a ser lo mismo, no solo porque estamos en las garras de un gobierno que se ha hecho del poder por la vía del golpe de Estado, cuya nominación de la Presidenta Añez y su gabinete proviene de la voluntad de cuatro personas: Ricardo Paz en representación de Carlos Mesa, Waldo Albarracín, y el Embajador de Brasil representando a Bolsonaro y la Iglesia Católica (Albarracín no dio el nombre) que se reúnen en los ambientes de la Universidad Católica, tal como la periodista María Galindo logró hacerlo cantar a Waldo Albarracín que oficiaba de Rector de la UMSA.

La presencia de la pandemia es un hecho inédito, nunca en el planeta se presentó una situación como la actual, menos en Bolivia. La información, gracias a los instrumentos tecnológicos,  nos ha permitido detectar y establecer que  la pandemia ha afectado todos los aspectos de nuestra vida y que va empeorando profundamente la situación económica y social del país.

Uno de los problemas principales después de la pandemia, ya anunciado por la propia Organización Internacional de Trabajo (O.I.T.), será la desocupación en todo el planeta,  más o menos 500 millones de trabajadores perderán sus fuentes de trabajo. Este anuncio, con las medidas económicas de carácter antinacional, privatizador y pro imperialista, es una catástrofe para Bolivia. En este momento ya estamos viviendo una especie de terremoto en cámara lenta que tendrá efectos destructivos para todos los bolivianos.

Los trabajadores bolivianos ya estamos enfrentando los anuncios de varias empresas que serán cerradas. La respuesta debe ser La Ley para constituir empresas sociales, es una de las acciones que deben realizar los trabajadores para salvar sus fuentes de trabajo, debe concretarse ya, sin espera alguna.

Las organizaciones de trabajadores y la población en general no podemos permitir que el peso de la crisis se descargue sobre el lomo del pueblo.  El Ministro de economía ya ha anunciado que será necesario incorporar nuevos contribuyentes para que los recursos del Tesoro General de la Nación sean mayores. Frente a ese anunció nuestra posición debe ser que los ricos paguen el precio de la crisis, por lo cual una norma de tributación debe establecer una política inversamente proporcional. Los que han ganado más deben pagar una cuota mayor y debe ir bajando el porcentaje en la medida en que los ingresos sean menores.

Si estuviéramos en tiempo de guerra todo el presupuesto general de la Nación reforzaría los gastos para la defensa, en una situación como la actual el presupuesto general de la nación debe ser para atender la salud. Por lo cual nuestra exigencia debe ser que todos los recursos destinados al Ministerio de Defensa y al Ministerio de Gobierno deben ser consignados para el sector de salud, dejando para estos ministerios lo estrictamente necesario, como cubrir los sueldos.

Se deben incautar todos los bienes mal habidos con los negociados y actos de corrupción,  como el del Ministro de Salud para reforzar los gastos del sistema de salud pública. La crisis deben pagarla los que han ganado mucho dinero a costa del pueblo boliviano.

H2 – INSURGENTE

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *