Con el MAS proscrito la Democracia esta cancelada ¡Elecciones ya¡
“Siempre hay excusas para un golpe de Estado” (Waldo Albarracin, Defensoría del Pueblo) [1]
Acabamos de recordar 40 años del Golpe de Estado de García Meza acaecido un 17 de Julio de 1980, uno de los más brutales de todos los que vivió nuestro país. Fue el último Golpe de Estado del siglo XX pero no el último de nuestra historia.
Cuando escuchamos conceptos como posverdad y fake news (noticias falsas), parecería que estamos ante un fenómeno inusitado, pero los rumores, noticias falsas, propaganda, mentiras y charlatanería bravucona no constituyen una novedad, sus orígenes se pueden rastrear en tiempos remotos. Un breve recuerdo de casos de complots contrarrevolucionarios en nuestra historia ilustra acerca de que las dictaduras de antes y las de hoy inventan excusas para justificar sus embelecos.
El 3 Noviembre de 1964 la red de comunicaciones del Ejército boliviano propaló la falsa noticia de que el Gral. Ovando había sido apresado por el gobierno y estaba en manos de las milicias populares, presentando las cosas de manera tal que lleven a pensar que estaba en marcha un plan para descabezar el ejército, esta será la excusa para que a las pocas horas Barrientos se comunique con el presidente Víctor Paz para “sugerirle” poner el gobierno en manos de una Junta Militar, argumentará además que es para el evitar acontecimientos de “desenfreno, de levantamientos, huelgas y guerrillas”. El Golpe se consumará al día siguiente.
En Noviembre del 2019 la excusa fue el fraude electoral, “monumental” se dijo, y resulta que fue un invento de Almagro a través de la OEA (en realidad una conspiración de mayores alcances) tanto que hasta hoy las pruebas del mentado fraude no aparecen por ningún lado, el resto ya se sabe, derrotados en las urnas y sintiéndose sin condiciones de ir a nuevas elecciones en contra de Evo, la derecha hace lo que sabe hacer: dar un golpe, como señalara con acierto Emir Sader (Pagina 12, 11-11-2019).
El golpe de Estado es pues un método y cómo tal persigue una finalidad, alterar la política estatal y modificar la correlación de fuerzas. El objetivo del Golpe en Noviembre del 2019 fue romper la hegemonía política del MAS y con ese prerrequisito, la restauración de un proyecto oligárquico.
[1] La frase es un encabezado de la cartilla “Democracia y Dictadura, hechos que debemos recordar”, publicado en el año 2003 por la Defensoría del Pueblo, cuyo titular era Waldo Albarracin, la ironía del asunto es que quien publicaba documentos para educar en democracia y para la democracia sea hoy uno de los que complota con golpistas.
El bloque político golpista –JUNTOS, CREEMOS, COMUNIDAD CIUDADANA- ha fracasado por triple partida en esos objetivos: no han logrado romper la hegemonía política del MAS, no han generado las condiciones básicas para un proyecto de restauración oligárquico, que cómo mínimo es construir un sentido común de que el Estado es el mal supremo al que hay que combatir y proclamar la supremacía del Mercado, no obstante haber causado mucho daño económico a varias empresas públicas. El peor fracaso, la desastrosa gestión de la pandemia. Estas evidencias llevan a sostener que, la derecha está abortando el proyecto de restauración oligárquica por la vía democrática (Yury Torrez, La Razon, 21-07-2020).
Si cierran la vía democrática qué les queda, ¿Una vuelta de tuerca del golpe de Estado, el autogolpe? Al parecer transitan esa vía y tienen que hacer su tarea, construir un relato para justificar esos próximos pasos, ese relato dice que el MAS quiere implantar la violencia, el enjuiciamiento a Evo Morales por un supuesto audio y la proscripción al Movimiento Al Socialismo, (MAS) con la excusa de que se habría violado la ley electoral, son hechos convergentes en esa vía.
Pero esos relatos no se sostienen por sí mismos aunque sirven perfectamente como excusas, después de todo, la posverdad se caracteriza porque los “hechos objetivos” son menos determinantes en la formación de opinión pública que los llamados a la emoción y los prejuicios. Una característica adicional, sumado a lo que Ignacio Ramonet afirma acerca de la posverdad, es que la información no tiene ya un valor por su apego a la verdad con criterios éticos sino el de una mercancía sujeta la oferta y la demanda.
Así pues el bloque oligárquico está en un dilema enfrentar el veredicto de las urnas sin excusas o arrancar una victoria pírrica proscribiendo al MAS (Ronald Mac lean dixit). Lo que queda claro es que con un MAS proscrito la vía democrática en Bolivia estará cancelada.
freMe