BOLIVIANOS DE PRIMERA Y DE SEGUNDA
Roberto – Insurgentes
El día 7 de abril del presente año el Ministerio de Relaciones Exteriores del Estado Plurinacional de Bolivia emite un comunicado por el que hace conocer que un grupo de bolivianos residentes en Chile serán repatriados a través de un vuelo que efectuará una aeronave de la línea “Ecojet”, además aclara que el mismo será cancelado por los interesados. Justifican ese accionar señalando que son personas que se encontraban en tratamiento en esa república y que de igual forma cancelarán los gastos ocasionados por la etapa de cuarentena que deben ser sometidos una vez que arriben a Bolivia.
Paralelamente a ese comunicado las noticias que todo el país recibe a través de los medios de comunicación autorizados y las redes sociales hacen conocer que un nuevo grupo de bolivianos, que trabajaban en Chile, más de 500 compatriotas, están parados en la frontera pidiendo ingresar a nuestro país. Ante este hecho, el Ministro de Gobierno, para justificar la indolencia, indica que estas personas han sido movilizadas por el Movimiento Al Socialismo y reciben la suma de Bs. 300,00 (cada uno) con el fin de crear conflicto al gobierno. En ese mismo camino el Director General de Migración Marcel Rivas manifiesta que son “un grupo de delincuentes manejados por el MAS”, que “tienen residencia y vivienda en Chile” teniendo como objetivo el de crear conflicto en el campamento denominado “Tata Santiago”, además de infectar a Oruro que hasta este momento tiene controlada la propagación del COVID 19.
Según el actual Ministro de Gobierno, Marcel Rivas se infiltró a las filas del Movimiento Al Socialismo en el año 2018, con el fin de hacer fracasar la candidatura de Evo Morales y Álvaro García Linera y bajo esa línea presentó dos impugnaciones ante el TSE.
Se aclara que el campamento “Tata Santiago” fue instalado hace días atrás, ante la precisión internacional, para albergar a más de 400 bolivianos que retornan de Chile y que también estaban impedidos de ingresar al país por el gobierno. El campamento debe servir para que cumplan la etapa de cuarentena antes de permitir que se trasladen a los lugares de origen.
Ante las afirmaciones vertidas por las autoridades mencionadas, es un deber hacerles conocer que en la historia de la humanidad siempre existieron las migraciones de personas. Se tiene evidencia que este tipo de desplazamientos fueron actividad corriente y permanente desde los hombres primitivos y se ha mantenido hasta nuestros días. La razón de estas migraciones se encuentran en las necesidades de subsistencia, ejemplo: buscar mejores tratamientos médicos, como se indica del grupo que retorna por vía aérea. Pero ese no es el caso de las personas que componen los dos grupos que se encuentran en la frontera y que con seguridad no tiene dinero para volver por vía aérea, sus razones de migración son estrictamente económicas, es decir mejorar sus ingresos.
En la mayor parte de los casos, cuando una persona se encuentra en otro país y logra trabajar las labores que le asignan son aquellas que los mismos nacionales se niegan a realizar ya sea por razones de prestigio social, condiciones insalubres, distancia de los centros urbanos donde no llegan los servicios mínimos de salud o las remuneraciones son muy bajas. Vale decir que las condiciones son de explotación. A esa realidad se debe sumar que un buen porcentaje de migrantes destina una parte de sus ingresos para enviarlos a sus familiares que se quedaron en Bolivia. Bajo esas condiciones es difícil estabilizarse en el extranjero.
No se puede negar que muchos bolivianos lograron establecerse en Chile, instalando diversos negocios cuyos capitales no son de primer orden o gravitantes a la economía de ese país, tampoco se puede negar que esas personas y otros profesionales lograron comprar viviendas y hasta se puede pensar que alguien logró levantar una empresa con muy buen capital, pero eso es una excepción. Siendo esa la realidad de algunos bolivianos con residencia permanente en Chile solo una mente encuadrada en la miseria humana puede decir que son personas pagadas por el MAS a razón de trecientos bolivianos para ir a congelarse en una frontera casi desértica y corriendo el riesgo de contagiarse con el COVID 19 y con la seguridad de que no tendrá atención médica especializada para esos casos.
Las autoridades mencionadas deben entender, si pueden, que los compatriotas que se encuentran en la frontera que piden ingresar a Bolivia no son terroristas; son seres humanos que ya no tienen las mismas condiciones de sobrevivencia en Chile, que fueron despedidos de sus trabajos, que no tienen seguro médico, que tienen necesidad de retornar a sus raíces. Tal vez puedan entender que nadie atraviesa 240 kilómetros a pie (Distancia entre Iquique a Pisiga) solo con el afán de causar desestabilización sanitaria en un departamento que logró controlar la multiplicación de enfermos con el corona virus. Deben saber que lo que dicen y hacen es violación a los derechos humanos y a la Constitución Política del Estado; el no querer recibirlos y brindarles por lo menos alojamiento para tenerlos bajo observación médica durante el tiempo recomendado, es también una acción contraria a los preceptos religiosos a los que recurren constantemente.
Tampoco es cierto que será una carga económica para el Estado, solo hace falta mirar las fotos del campamento “Tata Santiago”, las carpas tienen el logo de una ONG, lo que significa que los costos de instalar ese campamente no fueron cubiertos totalmente por el gobierno, son fruto de ayuda internacional. Además expliquen en qué están gastando los 1.600 millones de dólares que provienen de los préstamos y de la solidaridad internacional. Finalmente, porque no siguen el ejemplo de algunas autoridades, muchas de ellas del MAS, que de manera desprendida donaron sus sueldos con el fin de atender a personas de escasos recursos.
Mantener esa situación, unos ingresando por vía aérea y otros rechazados en la frontera, es una demostración clara e innegable de que para este gobierno en el país se cuenta con ciudadanos de primera, de segunda y quizás de tercera o cuarta.