CPAC 2022: “DIOS, PATRIA, FAMILIA Y LIBERTAD”

Comparte:

 

Vapuleada en las urnas a lo largo de este 2022 -pero muy lejos de amilanarse- la ultraderecha regional se ha dado a la tarea de reorganizarse y articular esfuerzos, incluso apelando a aliados extra continentales y al inagotable y siempre firme apoyo de Washington. Las expresiones más rutilantes de esa rearticulación han sido el Primer Encuentro Regional del Foro Madrid en Bogotá (febrero), el Concordia Annual Summit 2022 en Miami (julio), la Iniciativa Global Clinton (septiembre) y la más reciente, la Conferencia Política de Acción Conservadora, CPAC México 2022 (noviembre).

Sin menospreciar el tono antiprogresista de los tres primeros eventos arriba mencionados, la CPAC 2022 colocó sobre la mesa viejos y renovados elementos de conservadurismo moral y fanatismo religioso, no vistos en recientes foros regionales, las consignas “Dios, patria, familia y libertad”; “¡Viva Cristo Rey!” y “¡Sí a la vida!” se apropiaron de los salones del hotel The Westin, en el exclusivo barrio Santa Fe de la Ciudad de México.

Fundada en 1974 por la Unión Conservadora Estadounidense y por los Jóvenes Estadounidenses por la Libertad, CPAC es un evento internacional que congrega a líderes del mundo conservador, principalmente estadounidense (republicanos), así como como también a miles de activistas, empresarios, políticos, agentes de ONG´s y personalidades de los medios de comunicación. Más de 100 organizaciones contribuyen a la preparación de la CPAC, entre ellas: Human Events, Young America’s Foundation y la Asociación Nacional del Rifle.

La Conferencia, que por segunda vez se llevó a cabo en América Latina, contó con la participación de panelistas que manejaron discursos no sólo ultraconservadores, sino reproductores de narrativas extremadamente racistas, homofóbicas y misóginas.

En la apertura de la Conferencia el actor Eduardo Verástegui, líder del movimiento “Viva México”, vinculado a grupos religiosos, sectores empresariales, movimientos provida y antivacunas, expresó: “Así como Lula fundó el Foro de Sao Paulo con una agenda radical, muy fuerte, pues nosotros tenemos nuestra agenda a nivel internacional… Dios, patria, familia, libertad. Las libertades fundamentales están en juego”. Verástegui hizo también un llamado a votar por políticos provida como Donald Trump y advirtió sobre “la expansión del socialismo en América Latina”.

Más adelante, el senador republicano Ted Cruz, en un mensaje en video, señaló que estamos en una época en la que se tienen “amenazas en todo el hemisferio occidental” e instó a luchar en contra de las “fuerzas socialistas autoritarias”. Por su parte, la senadora colombiana María Fernanda Cabal, calificó al presidente Gustavo Petro como “un mitómano, un megalómano, un narcisista”, aseguró que la izquierda es “persecución y quema de iglesias, tortura a opositores, aborto disfrazado de derecho, humanización de los animales y dictadura de las minorías”. En el discurso de cierre Donald Trump, a través de un video pregrabado, hizo un llamado a los conservadores del mundo a unirse en torno a Dios y la familia, al mismo tiempo que alertó: “necesitamos detener la propagación del socialismo y no dejar que continúe corriéndonos de nuestra región o de nuestras tierras”.

También fueron parte de CPAC 2022 el diputado argentino Javier Milei, el ex candidato presidencial José Antonio Kast de Chile, el presidente guatemalteco Alejandro Giammatei, el diputado brasileño Eduardo Bolsonaro, el líder del partido neofascista español Vox, Santiago Abascal, y el expresidente polaco Lech Walesa, entre otros.

Del lado boliviano, el evento contó la participación virtual de Luis Fernando Camacho, el gobernador de Santa Cruz presentó la ponencia “Resistiendo al Socialismo”, sin embargo, la misma no se encuentra disponible en la red.

Igualmente, resalta la participación de Joseph Michael Humire -con raíces bolivianas-, director ejecutivo del Center for a Secure Free Society (SFS), ubicado en Washington, reconocido en el contexto norteamericano como “especialista en temas de seguridad y operaciones de contrainsurgencia”. Humire, ex marine con experiencia en Irak, arribó a Santa Cruz en junio de 2006 para asistir a un curso de “manejo de crisis y conflictos internos”, en una coyuntura muy parecida a la que se encara actualmente: la “Operación Camba”, cuando cuatro departamentos manifestaron su intención de distanciarse del poder central.

También fue parte del evento la boliviana Eva Sara Landau, en calidad de moderadora, en el panel “Lucha Política de la Derecha en América Latina”. Landau es directora de Global Human Rights League (GHRL), una ONG con 15 años de activismo político en Estados Unidos y que identifica al Socialismo del Siglo XXI y el Grupo de Puebla como “organizaciones criminales transnacionales”. GHRL defendió el Golpe de Estado 2019 en Bolivia y emite comunicados de condena en contra del Gobierno de Luis Arce.

Eva Sara Landau en 2008 formó parte de las acciones políticas del intento frustrado de separatismo en Santa Cruz y luego huyó a Estados Unidos. Landau además de ser la fundadora de GHRL es vicepresidenta y asesora para temas hispanos de Dark Horse Political en Estados Unidos. Así mismo, es esposa del mercenario norteamericano Erick Prince propietario y organizador de la contratista Black Water. En su intervención Eva Sara Landau aseguró que la izquierda arrebata las elecciones ya que, en sus palabras textuales, “existen prácticas normalizadas de fraude con las que estos criminales ganan las contiendas”.

La convergencia de tan oscuros personajes en un cónclave regional no puede pasar inadvertida, más aún cuando se plantea una especie de “cruzada contra el socialismo”, esgrimiendo postulados neofascistas, combinados con la peligrosa variable religiosa. Esta coyuntura sugiere la emergencia de un sujeto social y político que aglutina, no sólo a la derecha, sino que busca representar a sectores empresariales y populares, sugiriendo gobernar con “principios bíblicos” e identificando como su adversario a cualquier corriente que patrocine y defienda la ideología de género, la interrupción del embarazo, el respeto a los derechos sexuales y reproductivos, entre otros.

En América Latina -y Bolivia no es la excepción- estos actores ultraconservadores están ganando cada vez más territorio institucional, patrocinados por grandes emporios comunicacionales y cobijados bajo el manto de partidos políticos que suman cada vez más simpatizantes. José Antonio Kast en Chile y Jair Bolsonaro en Brasil estuvieron muy cerca de ganar las elecciones, entre tanto Luis Fernando Camacho fue la tercera opción electoral más votada en Bolivia, ganado -medio año después- la gobernación de Santa Cruz con mayoría absoluta.

La peculiar similitud discursiva y de accionar de estos actores atiende a un engranaje que las articula y que busca el fraccionamiento del tejido social. No parece casual que en Brasil y Bolivia que comparten frontera (Santa Cruz), se registraran devotas oraciones imponiendo manos a sus líderes, emotivos discursos pastorales, clamores de rodillas suplicando la intervención militar tras la derrota electoral e injustificadas denuncias de fraude electoral.

Urge alertar sobre la peligrosidad de estas expresiones político-religiosas, sobre su influencia cada vez mayor, no sólo en sus adeptos, sino en esferas estatales, legitimando ya no sólo discursos antidemocráticos, sino orientando acciones violentas a cualquiera que no comparta su código moral, su lucha contra el socialismo o contra la ideología de género.

 

Gabriela Cossio

Orlando Rincones

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *