Ejes de reflexión sobre el problema de la soberanía

Comparte:

Para nosotros más que nadie, el problema de la soberanía es fundamental. Es uno de los pilares del pensamiento político que guía a nuestro partido e independientemente de la línea a la que uno pertenezca, la reivindicación de nuestra independencia tanto política como económica frente a potencias extranjeras tiene un carácter prioritario. Acá, en el Colectivo Revolucionario Plurinacional (CPR), me propongo compartir cuatro nudos temáticos de éste eje problematizador de la filosofía política boliviana.

En otro espacio compartí una serie de cuestionamientos que le hice al libro de Joseph Colomer, Grandes imperios, pequeñas naciones, que me recomendó alguna vez un docente algo malintencionado, pero en aquel entonces muy estimado. Devoré el libro de principio a fin, y cuando lo terminé… grite, “pero qué…” Así, me sorprendió el cinismo con la que el autor del libro se proponía convencer a su audiencia que la defensa de la autonomía o autodeterminación de un pueblo no es más que sentimental chauvinismo, sin tomar en cuenta los efectos reales que tiene la balanza de poder en el escenario internacional. Cinismo, sin embargo, es algo que encontramos abundantemente en algunos círculos intelectuales tanto nacionales como extranjeros, que confunden dicho defecto con originalidad.

Inmediatamente refuté la tesis del pro imperialista defensor de los grandes imperios a través de la evidencia empírica y teórica proporcionada por la Teoría de la Dependencia, tanto en su variante reformista como radical marxista. No había donde perderse, la soberanía es un atributo imprescindible para el desarrollo y bienestar de nuestros pueblos, a la inversa del nacionalismo primermundista, que tiene más bien un carácter sí chovinista e invasivo. Justificación de atrocidades como el nacional socialismo alemán.

A través de un repaso de los principales pensadores de nuestro país que se propusieron reflexionar acerca de éste asunto en la historia intelectual de nuestra patria, identifiqué cuatro nudos temáticos sobre los cuales considero es necesario polemizar, tanto entre nosotros como con los pensadores de la otra vereda. Quien sabe, tal vez a través de éste ejercicio podamos encontrar cierto diálogo y no tanto una sacada de… Y bueno, los nudos son los siguientes:

Primero, la antinomia nación-antinación: Presentada por primera vez por Carlos Montenegro, intenta refutar las interpretaciones marxistas y liberales de nuestra historia, proponiendo como hilo conductor de nuestro devenir la contradicción entre clases nacionales y clases anti nacionales. Sin proponérselo, este autor termina armando con nueva artillería al marxismo verdaderamente revolucionario que luego sintetizaría Zavaleta y hasta cierto punto Almaraz. Lenin los estimaría si hubiera podido conversar con ellos, pues parten de la síntesis entre lucha de clases y lucha entre naciones opresoras y oprimidas. Algo que el padre de la teoría del imperialismo como fase superior del capitalismo ya advertía.

Segundo, los efectos del imperialismo y la injerencia extranjera en el desarrollo de nuestro Estado. Y no, no me limito a denunciar que uno o varios embajadores gringos dictaban tanto designaciones de autoridades como de formulación de políticas públicas, sino a cuestiones más profundas como desarrollo económico, derechos humanos y desinstitucionalización de nuestro aparato público. Desde cualquier marco interpretativo de nuestra historia, es innegable que la injerencia extranjera, particularmente estadounidense, tuvo efectos sumamente perniciosos sobre el nuestro destino. Plan Cóndor, deuda externa e incluso política exterior fueron las dimensiones más afectadas.

Tercero, el rol de los recursos naturales en el proceso de liberación nacional. Algo sobre lo cual José Pimentel suele insistir bastante en sus instructivas columnas de opinión en La Razón. La profundidad de su conocimiento técnico y empírico sobre el tema, sobre todo cuando se trata de analizar el desafío que significa la industria minera, me intimidad lo suficiente como para no hablar mucho al respecto. No obstante, es claro que la nacionalización, industrialización y redistribución de la riqueza generada por nuestros RRNN son elementos importantes para un zurdo honesto en nuestro partido. Una reciente reflexión geopolítica propuesta en un evento de nuestra vicepresidencia añaden nuevos matices y enfoques al problema, tales como la soberanía alimentaria, energética e hídrica. En todo caso, veta de investigación señores, y una muy rica e interesante.

Y finalmente, la necesidad de un Estado fuerte, inclusivo y benefactor, que estaría en las antípodas del modelo neoliberal y de democracia pactada. El PNUD alguna vez señaló que Bolivia era un Estado “con huecos”, tesis confirmada por el trabajo de un excelente politólogo llamado Marco Just Quiles. La respuesta a éste problema, de un Estado ausente, depredador y excluyente, se encuentra la construcción del Estado Plurinacional que nos hemos propuesto.

Creo que podemos debatir sobre éstos puntos en el futuro. Agradezco al director de la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP), Iván Iporre, la oportunidad otorgada para profundizar éstos problemas, así como a la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia, de nuestra Vicepresidencia, por proporcionar el material que me permitió trabajar este interés investigativo.

¿Quién se anima a discutir?

 

Carlos Moldiz – Colectivo Revolucionario Plurinacional

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *