EL RETORNO DEL NEOLIBERALISMO FUSIONADO CON FASCISMO. IV

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DESMANTELANDO LA SOBERANÍA:

La oligarquía boliviana y sus expresiones políticas de derecha, jamás tuvieron un proyecto histórico propio, menos para industrializar el país. Siempre prefirieron el papel de peón servil del gran capital internacional. Pensar que ahora pretendan un capitalismo autónomo y soberano, es definitivamente mentiroso, tan sólo para engañar a incautos. Por ello, para ganar cierta base social y neutralizar a una parte de la ciudadanía, los golpistas ocultaron deliberadamente sus propósitos estratégicos, que es restaurar el viejo neoliberalismo.

Esos propósitos no publicitados consisten en:

Adopción de medidas económicas estructurales para preparar el retorno del modelo neoliberal. Se busca implementar nuevamente medidas para facilitar la explotación y comercialización de todos los recursos naturales de propiedad del pueblo boliviano para beneficio del imperialismo yanqui y sus transnacionales. Como parte de ese objetivo, el gobierno de facto impulsará el cierre de las empresas públicas, la “flexibilización laboral”, eliminación de los bonos Evo, etc. Las medidas ya anunciadas, entre otras son:

Liberalización de la economía. El ministro de Economía y Finanzas, proveniente de las filas del empresariado conservador de Santa Cruz, ha anticipado la necesidad de achicar el Estado y la entrega de las empresas estatales a manos privadas. La presidenta de facto ha aprobado medidas para garantizar la libre exportación de alimentos, insumos, materias primas y otros, lo que generará escasez en el mercado interno y propiciará la elevación de precios de artículos de primera necesidad, para beneficio del sector agro empresarial afín al gobierno de facto.

Eliminación de las empresas estatales estratégicas. El gobierno de Jeanine Añez ya ha resuelto la intervención de BOA, ha calificado como no estratégica a ENTEL, ha iniciado una campaña de desprestigio de YPFB para mostrarla como empresa ineficiente y se ha hecho del control del BCB. Estas acciones son la antesala de una política abiertamente entreguista de las empresas estatales a manos privadas. Entrega de los ministerios que administran los recursos naturales, obras públicas y de servicios (transporte, agua, luz, gas a domicilio, etc.) a representantes directos de empresas privadas nacionales y transnacionales. El objetivo es entregar los recursos naturales estratégicos a las transnacionales, en el marco de la estrategia imperialista de garantizar el control de recursos vitales para su hegemonía, como el litio, las tierras raras, gas y petróleo, además de fuentes hídricas.

Despido masivo de funcionarios del Estado, para su debilitamiento y achicamiento del Estado. El argumento para esta masacre blanca es la acusación de “masista” a todo servidor público. Con ello, se busca desconocer todos los derechos laborales. Muchos cargos públicos ya han sido distribuidos entre familiares y acólitos de los golpistas.

CONTROL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN PARA LAVAR EL CEREBRO.

Para asegurar la apropiación de los recursos naturales estratégicos y promover un gobierno afín a sus intereses, el imperialismo requiere lavar el cerebro de la gente (guerra de última generación). Para ello, los golpistas han puesto en marcha un aparato de comunicación y difusión que contempla las siguientes acciones:

  • Desinformar a la población de todos sus actos antipopulares. Un ejemplo claro de ello es el papel de los medios de comunicación cómplices del golpismo que guardan silencio y/o tergiversan lo ocurrido en las masacres de El Alto, Yacuiba y Sacaba y la zona Sur de Cochabamba.
  • Promover la figura de la reconciliación entre bolivianos y bolivianas, acusando al MAS IPSP, a las organizaciones progresistas y populares del país y del exterior de ser los causantes de la división en el país. Las iglesias neo pentecostales y católicas conservadoras son pieza fundamental en esta estrategia, pregonando apoyo al gobierno de facto,
  • Generar un ambiente político de inseguridad para justificar acciones militares, policiales y judiciales contra quienes “atenten el proceso de paz” y la estabilidad del régimen de facto. Es la versión modernizada del slogan de la dictadura de Banzer (“orden, paz y trabajo”); cuyo objetivo es victimizarse y achacar sus fracasos y traiciones al accionar de las organizaciones y movimientos sociales verazmente democráticos.
  • Inculcar en la opinión pública sentimientos racistas, xenofóbicos y discriminadores, para incriminar a las organizaciones campesina indígena originaria, principalmente; a los y las militantes progresistas de América Latina; a los gobiernos populares y antiimperialistas y a la comunidad internacional democrática, para aislar al MAS IPSP y a su líder Evo Morales.
  • Promover un clima electoral contrario a la resistencia popular. Para ello, pretenden propiciar una candidatura única para los comicios del 3 de mayo, bajo la consigna de “cerrar el ciclo del MAS” en el país. Parte de este propósito es mantener en el imaginario colectivo el supuesto “fraude” electoral de las anteriores elecciones y el fortalecimiento de imagen del actual TSE, cuyo presidente –Salvador Romero– designado por los golpistas, está estrechamente vinculado a la candidatura de Carlos Mesa.

Los intentos de aparentar imparcialidad forman parte de un vasto plan para evitar el triunfo electoral de MAS IPSP en los próximos comicios, apelando a todos los medios, fraude incluido, para neutralizar la creciente organización y movilización popular en torno a su instrumento político.

(Del Documento: “Golpe de Estado fascista y racista para restaurar el dominio colonial del imperialismo”, Colectivo Revolucionario Plurinacional. Parte IV. Enero 2020).

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