Carlos Moldiz lo describe tal cual: agente de la CIA, secretario privado de la golpista Jeanine Añez y muy influyente en las decisiones políticas y nombramientos de aquel nefasto gobierno.

Un día escribió en su muro: “Van por ti Maduro. No tendrás escapatoria. Y el siguiente es @evoespueblo. Evo se acabaron tus días de conspiración. Delincuente”. Ni Maduro ni Evo cayeron. Él tuvo que fugar a EEUU.

Moldiz lo describe desde su perfil político. Lo que olvido decir que este antiguo periodista, en realidad, era el que administraba las noticias y controlaba a los periodistas bolivianos más recalcitrantes, faltos de ética.

¿Qué dueño de periódico, radio o televisión; qué editor de noticias, que presentador de noticias no pasaban por su previa aprobación? Esto es lo que le daba poder ante el embajador de EEUU en Bolivia.

Otro día salieron en las redes escenas de pornografía de la ex. ¿Quién mando publicarlo? No hubo investigación. La protagonista se quedó quieta y sumisa al poder real que la controlaba.

Busquen imágenes del sujeto rodeado con sus “amigos” periodistas bolivianos y podrán convencerse que estos supieron obedecerlo con las más grandes campañas de desprestigio contra el proceso de cambio, sobre todo de Evo Morales, y ahora del gobierno del presidente Luis Arce. Además, “reportando noticias positivas” de Goni y Zorro Berzain (en realidad Chulupi, apodo original que fue cambiado por los periodistas comprados) desde EEUU.

Nada es gratis para los mercenarios de los medios de comunicación sumisos a las cenas, becas y otros favores de Erick Foronda, el próximo en ser convocado ante la justicia por el video XXX de J. Añez y su vergonzante papel de pro-yanqui, anti-boliviano.

Colectivo Revolucionario Plurinacional