Foronda y un modelo de detección de mercenarios

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El arresto de Murillo confirmó una sospecha que ya muchos teníamos respecto al gobierno de Añez y sus secuaces: eran demasiado estúpidos como para haber diseñado el golpe de Estado de noviembre de 2019. Así que no nos dejemos engañar por los titulares de prensa y las declaraciones de los esbirros del pitismo: Murillo no era la cabeza detrás del trono. Tal proposición es ridícula, como aquel capítulo de Los Simpson cuando la mafia inculpa a Bart como chivo expiatorio de toda su empresa criminal. “Perdóneme Don Bartolomeo”. Tan sólo unos meses antes del golpe, Murillo era el alivio cómico de la oposición, el bolas de toda pandilla, el cuate con el que te comparas cuando te invade cierto complejo de inferioridad. “Tan mal no estoy”

No es que quiera sonar como mi padre en esto, pero, sí,: ¡La CIA estuvo acá! No fue muy discreta, como en las películas. Lo máximo que pudo reclutar fue a un chaparrito empresario del Oriente y algunos regordetes oficiales corruptos del ejército y la policía, que no es como buscar una aguja en un pajar. Y aparte de ellos, a una camada de comunicadores subsecuentes con el régimen de facto, tampoco muy difícil de hacer: el gremio nunca fue muy disonante en el coro de la élite, salvo honrosas excepciones, claro está.

Hay una lista de “agentes” de la CIA que actuaron en La Paz durante los días del gobierno de facto muy bien documentada en el portal Behind Back Doors, por si a alguien le interesa. Aparte de todos los mencionados en aquel reportaje, destaca una figura siniestra de a de veras. Hasta rudo se veía. Hablo de Erick Foronda, el confeso espía de la CIA, que movió los hilos detrás del telón apenas derrocado Morales.

¿Quién era? Periodista de Última Hora hasta 1995, y luego encargado de prensa en La Embajada desde entonces hasta 2008. Ese año tuvo que hacer maletas junto con Goldberg, seguramente jurando venganza al abordar el avión. Desde entonces hasta 2019 se dedicaba a escribir muy malas notas de prensa, hasta que la oportunidad tocó su puerta…Llegó a Bolivia con algo más que intenciones de celebrar. Claro, lo primero que hizo al pisar El Alto fue compartir amenazar en su twitter, particularmente contra Quintana, seguramente ya acostumbrado al odio facho.

No llegó de improviso. García Mérida, director de El Sol de Pando, advierte que Foronda ya había anunciado el regreso de la Biblia al Palacio antes de que Camacho llevara una de la mitad de su tamaño, lo que podría indicar que el libreto llegó con éste agente de la CIA a Bolivia. También existen indicios de que estuvo relacionado con la Fuerza 10 de Sanandita que luego, se presume, habría perpetrado las masacres de Senkata y Sacaba.

Fue designado como secretario privado de Añez, quien ya empezaba a incorporar a otras figuras del gonismo como Manuel Suárez Ávila o el “Bombón” Reyes Villa (de hecho, se rumorea que era amigo hasta del Zorro Berzaín). A partir de ese puesto, ejerció una fuerte influencia sobre la auto proclamada, llegando incluso a monopolizar el acceso a ella a miembros del propio gabinete, como le sucedió a la entonces ministra de Comunicación Lizárraga. Muy allegado a los “periodistas” de UNITEL, puso a muchos de dichos colegas en la dirección de medios de comunicación estatales, incluyendo a una sobrina suya de apellido Britto.

Y no sólo eso, sino que influyó también en la designación de Navajas como ministro de Salud. ¡Era doctor, pues, de la Embajada! Se presume, y yo creo aquello, que encontró a un tonto útil en Murillo, y a un aprendiz en Fernando López Sin mencionar que también fue uno de los genios que idearon la postulación de Añez a la presidencia. Muy amigo de Fernando Camacho y su padre, a quienes frecuentaba regularmente cada vez que pasaba por Santa Cruz de la Sierra. En pocas palabras, un hombre que se movía en las altas esferas, susurrando al oído de los novatos que se tropezaron con la presidencia gracias a una serie de eventos desafortunados.

Fue entrevistado por un gringo, que de hecho parece algo zurdo por sus publicaciones previas, a quien le dijo, según Foronda, a forma de chiste, que era agente de la CIA. ¡No mentía! Su relación con La Embajada y, paralelamente, con las principales autoridades del régimen golpista demuestran que las ordenes, en realidad, venían de Washington. Ahora bien, todo esto puede ser encontrado en una diversidad de fuentes en Internet. Escribo esto a propósito de otra cosa, concretamente: ¿Cómo reconocer a un agente de la CIA? Muchos de los compañeros que lean éste artículo estarán interesados en éste tópico, así que…

Primero, a diferencia de las películas, los operativos de ésta agencia son reclutados no entre aquellos con el mejor desempeño en su área respectiva de experiencia, sino entre aquellos con un ávido deseo de ganancias rápidas y facilidad para las relaciones públicas. La CIA busca personas capaces de conectarse con cualquier persona en cualquier grupo social. “Don de gentes”, le llaman.

Segundo, dichos agentes reclutados deben tener un conocimiento profundo acerca de las redes sociales de organizaciones formales, como sindicatos o ministerios, así como de informales, como colusiones delictuosas en círculos policiales, militares y paramilitares. Yassir de seguro fue contactado. Generalmente buscan mercenarios, y éstos se reconocen entre sí.

Tercero: sí o sí tienen una relación directa con La Embajada o sus agencias anexas, como Fundación IDEA, cualquier ONG relacionada con la Heritage Foundation, USAID, o estudiantes del programa de becas Fullbright. Reciben contratos de consultoría, muy bien pagados, de cualquiera de éstas agencias y fundaciones.

Foronda se encuentra actualmente en Washington, desde donde seguramente se encuentra complotando para acabar con éste Proceso, pero debemos tener en cuenta lo siguiente: por mucho poder que concentre ésta agencia, lo único que pudo encontrar para materializar su voluntad en Bolivia fue a un grupo de perdedores como Añez y sus amigos. ¿Qué nos dice eso? Su capacidad para actuar llega hasta ahí nomás, no son tan, tan peligrosos como les gusta hacernos creer.

Una gran parte de la causa por la cual personas como Foronda llegaron a ejercer tanto poder en Bolivia fue por las propias debilidades y errores que emergieron en el interior del Proceso de Cambio y sus principales fuerzas. Su fortaleza es nuestra debilidad, de por sí no son tan rudos como les gustaría creer a ellos mismos.

Otra cosa de la cual estar seguros: en éste momento, sin duda alguna, debe haber por lo menos una docena de éstos vendepatria sólo en la ciudad de La Paz, así que manteneos atentos. ¿No sería genial si comenzáramos a compartir sospechas desde ahora?

Debo advertir, pos si acaso, que nuestros enemigos suelen estar más cerca de lo que creemos. De hecho, podría estar a tu lado en éste momento… correcto, el gordito choco de la barba… shhhh… no lo mires tanto… Pero sí, ese que se dice muy revolucionario, que trata tanto de parecer confiable que despierta dudas… Porque, lastimosamente, así es. Para ser un judas primero tienes que estar cerca. Cuidado. ¡Y deja de mirarlo!

Carlos Moldiz

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