GOLPE DE ESTADO
FASCISTA Y RACISTA PARA RESTAURAR EL DOMINIO COLONIAL DEL IMPERIALISMO. I
34 muertos, 200 heridos de bala, más de 1.200 prisioneros acusados de sedición política. Motín policial, o mejor, traición de la institución encargada de la seguridad interna del Estado Plurinacional de Bolivia. Actuación impune y con protección de los golpistas de fuerzas para-policiales denominados “pititas” y “motoqueros” que, según ellos, son inocentes palomitas que amanecen y anochecen dizque obsequiando a título oneroso el tiempo que utilizan para estudiar, pero que prefieren emplearlo para hostigar y agredir al pueblo boliviano. El auto-nombramiento, con la complicidad de ocho diputados y senadores de Jeanine Añez como Presidente y la colocación de la Banda Presidencial por un general de las FF.AA., cual si se tratara de la coronación de una reina carnavalera que los represente por algún tiempo. La designación como Presidente Ejecutivo de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) al Comandante de la Sección Segunda de las Fuerzas Armadas, encargada del servicio de inteligencia para defender y conservar la independencia, la seguridad, la estabilidad del Estado Plurinacional de Bolivia y el resguardo de la integridad territorial. La manifiesta complicidad y dependencia del Poder Judicial, que con argumentos ridículos legaliza y extiende indefinidamente la presencia en el poder de la dictadura fascista, racista y pro imperialista, que además cuenta con la pasividad de la Asamblea Plurinacional.
Más de 50 radioemisoras comunitarias cerradas con la complicidad de todas las organizaciones de periodistas y medios de comunicación nacional e internacional, para no tener una voz oponente que diga la verdad sobre la realidad boliviana. Los medios de comunicación transformados en maestros de la fabricación de retoques subliminales que convierten la mentira en “verdad” al más puro estilo y maestría de Goebbels. La verdad y la libertad de prensa han muerto por el monopolio de los medios de comunicación por la empresa privada.
Apertura de Bolivia a los organismos internacionales controlados por EE.UU. como el Banco Mundial, F.M.I., USAID, etc., qué convertirán a nuestra patria plurinacional otra vez en un infierno colonial que, sin duda alguna, servirá para que le pongan candados y cerrojos para la opresión y explotación inmisericorde de los bolivianos.
Pero todo lo que ocurre en las narices de ellos y el dolor nuestro, no es nada más que una especie de guerra anunciada en el marco de una (contra)revolución que los imperialistas denominan de colores, guerra hibrida, guerra de enjambre, espectro total, etc., en la que se aplica la estrategia imperialista, concebida para dominarnos y explotarnos, combinando mecanismos y medios neoliberales con la dictadura fascista de nuestros tiempos, donde el espectro de dominación es completa, porque utilizan medios de ataque simultaneo y sin tregua de mecanismos variados que dejan al pueblo trabajador sin tiempo ni siquiera para tomar aliento, combinando todas las formas de opresión con los que cuentan: militares, como las matanzas en Cochabamba, Senkata y otros caminos de la patria, la utilización de las fuerzas armadas y los grupos paramilitares y parapoliciales para la persecución y el acoso a los bolivianos, hasta la invasión de fuerzas yanquis con el argumento de auxilio humanitario. Políticas, como las amenazas de la división territorial de Bolivia bajo el argumento de federalismo o la judicialización tramposa de cualquier acto, pensamiento u organización que son acusadas de sedición, están presentes en la estrategia de dominación colonial e imperialista y todas las “propuestas” y planes dirigidos a apoderarse de nuestros recursos naturales. El imperialismo está restaurando su poder a través de los derechistas que detentan el gobierno con el encargo de destruir las fuerzas populares y montar un fraude electoral para garantizar un gobierno títere.
Al imperialismo no le tiembla la mano cuando requiere utilizar los recursos más asquerosamente concebidos como la calumnia y la mentira, ni para utilizar los servicios de inteligencia judío llamada “el MOSSAD”; una de las agencias de inteligencia más terroríficas y temibles del planeta, entrenada y amaestrada en la discriminación racial, el espionaje, la recopilación de información de inteligencia, de las acciones encubiertas y de la preparación de los grupos de choque como los motoqueros. Este grupo judío sionista es el responsable de preparación del golpe.
El medio utilizado, al igual que en los países del medio oriente, en el Brasil, Ecuador, etc., es el Lawfare. Los ejecutores son las fuerzas del imperialismo y sus representantes criollos. El Lawfare no es otra que la aplicación de la nueva fase de la estrategia imperialista en este periodo político. Ha sido concebida por las derrotas que ha tenido el imperialismo después del fracaso de la democracia liberal y la privatización de las economías que impuso en el mundo entero. Las muestras más representativas de ese fracaso son la prácticamente quiebra de su economía, y la expulsión o pérdida de influencia en todos los confines de la tierra donde tenía clavadas sus garras. El imperialismo post neoliberal ha sufrido sendas derrotas que se expresan en la asunción de gobiernos progresistas y revolucionarios en gran parte del continente latino americano, que van desde Honduras, Nicaragua y el Salvador en Centro América, hasta Venezuela, Ecuador, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, e incluso Chile en Sudamérica. El imperialismo fue desplazado de gran parte del Medio Oriente, además del surgimiento de competidores como Rusia, China, sin contar las derrotas históricas en varios países del Asia en las décadas anteriores.
La aterradora forma de la utilización de la mentira prefabricada y la aplicación de la estrategia imperialista ha inquietado incluso al Papa Francisco, quien en junio de 2019 afirmó: que la “nueva forma de intervención exógena en los escenarios políticos de los países a través del uso indebido de procesos legales y tipificaciones judiciales (…) el lawfare pone en riesgo la democracia de los países” pues habilita “una impropia actuación judicial en combinación con prácticas mediáticas para legales”
Para los estrategas norteamericanos, quienes concibieron el lawfare para destruir a los revolucionarios y luchadores progresistas sin gastar mucho dinero, es la guerra por otros medios, aparentemente menos violenta y más barata. Ha implantado la calumnia de corrupción como la palanca que sirve para el encarcelamiento extrajudicial y la anulación de revolucionarios, y de los adherentes al proceso de cambio. En el plano internacional las sanciones son de bloqueo económico y las presiones diplomáticas para los países que llevan adelante procesos en favor de sus pueblos. Todas esas formas de aplicación de la estrategia de dominación imperialista son los componentes de la guerra hibrida.
Las formas de asistencia a los nuevos nazis criollos son financieros con los que garantiza, aunque no tenga relaciones diplomáticas, la presencia norteamericana en el territorio donde orquesta los golpes de estado.
En el caso boliviano se orquestó, por ejemplo, el golpe con financiamientos millonarios para organizar, entrenar y armar a los golpistas que impulsaban el cambio de gobierno o la división de Bolivia. Los recursos no fueron solo a través de USAID, sino también de la Fundación Nacional para la Democracia, del cual uno de los activistas más connotados es el Zorro Sánchez Berzain.
El medio efectivo para operar es el trípode formado por jueces y fiscales, que fabrican sentencias supuestamente legales para ejecutar condenas que están lejos de los delitos que manufacturan ellos mismos; una prensa asquerosamente venal que propicia y difunde el linchamiento político a través de la difusión de la desinformación, la fabricación de consenso por medio de supuestos operadores y “expertos” en todo (Think Tank) es esencial, éstos fabrican los supuestos argumentos que les dé un aureola de credibilidad para el linchamiento mediático; finalmente, pequeños grupos de activistas que actúan en nombre de la ciudadanía civil, ejecutando acciones parapoliciales y paramilitares con protección de los órganos del Estado, utilizando los medios que usa el hampa como máscaras, pasamontañas, artefactos punzo-cortantes, armas de fuego, etc.
La obligación de todo revolucionario es la defensa de lo avanzado por el proceso de cambio, evaluar los errores en la gestión estatal, la falta de vigilancia que permitió la infiltración del enemigo en nuestras filas, la crítica descarnada del liberalismo organizativo en la que caímos y convertimos la organización política en montonera, donde el Instrumento Político y soberanía de los Pueblos se ha diluido, el abandono de nuestros postulados que devienen de nuestros ancestros y de nuestra experiencia. Pues, proclamamos junto a ese marxista peruano de los comienzos del siglo XX: Mariátegui, quien afirmó con convicción: “No queremos, ciertamente, que el socialismo sea en América calco y copia, debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida, con nuestra propia realidad, con nuestra propia raza, en nuestro propio lenguaje… He aquí una misión digna de una generación nueva”.
(Del Documento: “Golpe de Estado fascista y racista para restaurar el dominio colonial del imperialismo”, Colectivo Revolucionario Plurinacional. Parte I. Enero 2020).