LA EDUCACIÓN ES UN DERECHO Y UN INSTRUMENTO DE LIBERACIÓN
- Una escuela cada día
Desde el 10 de noviembre de 2019 hasta el 6 de junio de 2020 han pasado 209 días desde el golpe de Estado, es decir, 209 escuelas que se dejaron de construir en Bolivia, porque ese era el ritmo con el que se levantaban los edificios escolares en la época de Evo Morales: “Una escuela por día”.
“Una escuela por día”, iba materializando el principio del Estado Plurinacional de que todos los bolivianos somos iguales y tenemos los mismos derechos. Las escuelas, las mesas y bancos de adobes del Estado Colonial, fueron reemplazados por planteles que tenían, además de aulas, laboratorios, talleres y campos deportivos, y en algunos casos, complementados con comedores e internados. Fueron obras con el sentido de que la educación de calidad debe ser igual para la gente del área rural como de la urbana, para los pobres como para los ricos. Pasar de la palabra lírica de la democracia, a concretar la igualdad de derechos de manera material. Muchas de las “canchitas”, tan menospreciadas por la anticultura derechista sirven hoy para el desarrollo integral de los estudiantes. “Una escuela por día”, es una obra que generó tanta alegría en la niñez y juventud de nuestra Patria, y, también tanto odio racista en el corazón egoísta de jailones y alienados con culturas ajenas.
No se pretendió nunca negar el derecho a la educación, por ello aparecieron los “maestros mochileros”, que recorren las zonas fronterizas alejadas o los lugares de difícil acceso para llevar la educación a la casa de niñas y niños bolivianos; está el programa que garantiza el derecho a la educación a los niños enfermos, que siguen estudiando en los hospitales. No sería nada raro que estos programas sean considerados “gastos absurdos” y sean cerrados por el indígena neoliberalizado.
2. Bolivia libre de analfabetismo.
El derecho a la educación fue siempre un privilegio en Bolivia. Los indios tenían prohibido aprender a leer y escribir, con el riesgo de perder una mano o a veces los ojos. En contraste, en el área rural florecieron las “escuelas clandestinas” con maestros indios que arriesgaban sus vidas para enseñar el abecedario a sus hermanos. Como consecuencia de todo esto, el analfabetismo era un producto permanente del Estado colonial.
El año 2008, mientras la derecha quería descuartizar el país, Evo Morales, decretaba a Bolivia “libre de analfabetismo”. Hombres y mujeres adultos lloraban de alegría, ya que al mismo tiempo significaba que las nuevas generaciones estén libres del oscurantismo, mientras sectores retrógrados rumiaban su amargura por este logro histórico.
Al año siguiente, enero del 2009, la Constitución Política del Estado decretaba que el derecho a la educación es para todas y todos los bolivianos, siendo obligatoria hasta el nivel secundario. Como nunca en nuestra Historia, el presupuesto de la Educación ocupaba el segundo lugar en América Latina después de Cuba, enceguecidos por el odio racista los sectores reaccionarios nunca podrán reconocer lo que se avanzó en el campo educativo. Es que un pueblo educado es difícil de ser domesticado.
El dinero no sólo fue para infraestructura educativa. Con el PROFOCOM, hoy no existe ningún maestro improvisado, la totalidad de los maestros son licenciados y se implantó un sistema de postgrado hasta el nivel de doctorado para los maestros. Con ello, se erradicó el fenómeno de la desprofesionalización heredado por el neoliberalismo y clausuró el negocio de las universidades públicas y privadas que embaucaban a los maestros. Las Universidades Privadas, convirtieron a sus estudiantes en base social del golpe, con la esperanza de que estas actividades educativas se vuelvan a privatizar.
Con la ayuda del “bono Juancito Pinto”, disminuyó la deserción escolar, pero lo más destacable, se multiplicó la matrícula de la educación secundaria, acercándonos a que casi la totalidad de los jóvenes pueden aspirar al bachillerato. ¡Qué diferencia! En relación a la Reforma Educativa neoliberal, encabezada precisamente por Víctor Hugo Cárdenas, que no formaba maestros de secundaria, no construía colegios de “ciclo medio”, no le concedía ítems y que estimulaba la privatización de la educación.
Mencionamos estos pocos avances, que concretan el derecho a la educación para todas y todos los bolivianos, sin mencionar los Juegos Deportivos Plurinacionales, las olimpiadas científicas, el progreso en Educación Alternativa y Técnica, etc., etc., que fueron estigmatizados por los cavernarios de la derecha y del trosquismo.
3. De la limosna a los autos cero kilómetros.
Los maestros jóvenes conocen ese “discursito” del Carlos Meza, que decía que debía recurrir a la limosna para pagar los sueldos y el aguinaldo de los maestros, pero desconocen que al no haber “plata en el Estado” (porque nuestros recursos eran enviados al exterior por las transnacionales de hidrocarburos, minería y banca), nos pagaban los salarios en especie (harina, lentejas, queso, conservas que venían como “ayuda internacional”); cuando uno acudía a los bancos, nos decían que los maestros “no eran sujetos de crédito” ; además, cada mes había que presionar para el pago de nuestros sueldos.
En los años del proceso de cambio, los incrementos salariales fueron superiores a la inflación; hubo mejores condiciones salariales, sociales y profesionales para el maestro. Hasta hace poco, los salarios se pagaban de manera puntual; con nuestros salarios podíamos acceder a créditos para la vivienda popular, y las casas comerciales nos ofrecían facilidades para adquirir movilidades “kilómetro cero”.
Es verdad, que todavía falta mucho para concretar ese principio constitucional de que “la educación es la principal función del Estado”, pero ahora el gobierno en manos retrogradas, nos plantea la necesidad de defender la educación como un derecho bajo la responsabilidad del Estado y defender el escalafón docente para evitar la declaratoria de “profesión libre”, luchar por un mayor incremento de presupuesto ante la amenaza de hacer desaparecer el Ministerio de Educación como ocurrió en el pasado. Estamos viviendo épocas de retroceso en lo institucional y también en lo social.
Sindicalmente, hay necesidad de un proceso de crítica y autocrítica, puesto que nuestras organizaciones sindicales, fueron puestas nuevamente al servicio de los intereses políticos y económicos de la oligarquía y el imperialismo. En la época feudal, los dirigentes piristas hicieron alianza con la rosca minera para colgar al Presidente Villarroel, como ahora los dirigentes trosquistas hicieron una santa alianza con los sectores más reaccionarios y racistas de la derecha para promocionar el Golpe de Estado del 2019; fue una foto desconsoladora de esa vergonzosa alianza entre Wilma Plata y Luis Larrea.
Rescatemos los principios y valores profesionales de insignes maestros que son referencia de la lucha liberadora de nuestra patria.
6 de junio, Día del Maestro.