Los recursos estratégicos deben ser industrializados por el Estado: POTENCIALIDADES DE LAS TIERRAS RARAS PARA BOLIVIA

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H2-Insurgente

Acompañada a la industria del litio viene una nueva perspectiva de producción minera, llamada la industria de los metales de tecnología o disruptivos, donde se enfatiza en la producción de las llamadas «tierras raras» que son utilizadas en la fabricación de aparatos electrónicos, telecomunicaciones y de creación de energías alternativas.

En la década que termina, el 2012 la producción de «tierras raras» fue de 110 mil toneladas, similar cifra en el 2013, el 2014 la producción subió hasta las 123 mil toneladas y para el 2015 se registró una producción de 124 mil toneladas al año.

Los principales productores de esta nueva industria minera son la China con el 80%, Brasil con el 7%, Australia con el 3% y Estados Unidos con el 1%, entre otros.

El valor de los metales denominados «tierras raras» no radica en la cantidad que se produce sino en el costo de venta que es elevado y que a pesar de que es muy difícil producirlos generan buenas divisas para las empresas que han ingresado en este tema. Entre algunos de estos metales especiales están: el lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio.

En Bolivia no hay actualmente políticas ni reservas de estos metales, pero no porque no existan sino porque aún no se comenzaron a buscar ni tampoco implementar políticas en este campo, solo los años 2016 a 2018 en SERGEOMIN se realizaron trabajos de Prospección y Exploración en relación a las “tierras raras”.

Su uso está centrado en los aparatos electrónicos, transportación y generación de energía, comunicación móvil, construcción de satélites, automotores híbridos, tanto en las baterías como en el combustible y en las nuevas turbinas de viento, en sistemas de defensa antimisiles, paneles solares en incluso en aviones de combate F-16, los imanes para las tecnologías verdes también dependen de este tipo de minerales y EEUU ya los busca en su propio territorio, puesto que debe competir con la China para abaratar sus costos.

Lo que tendría que coincidir con el retorno a la minería como el principal exponente de la economía en Bolivia; una minería que por cierto aún no se basa en las tierras raras, cada vez más livianas y de propiedades irreemplazables.

Parte de la nueva minería se tendría que hacer en las tierras bajas del país, en el Precámbrico, precisamente en atención al potencial geológico promisorio de tierras raras que existe en esa región, sin menoscabar la presencia de estos minerales en la parte occidental de nuestro país, y además resaltando la necesidad de aplicar métodos modernos de exploración de última generación y con precisión y resolución alta.

El Precámbrico boliviano es una zona con una oferta de recursos mineralógicos mucho más variada, al margen de oro y piedras semipreciosas, que incluye además cobre, zinc, plata, platino, níquel, tantalio, y hierro entre otros,

Ahora se debe considerar una normativa adecuadamente regulada a la minería en sus tres actores, Estado, Cooperativas y Empresas Privadas, incidiendo en la importancia de contar con estabilidad política, social y económica de medio a largo plazo para el desarrollo de una minería moderna.

Además, que la industrialización de recursos conceptualizados como estratégicos, sólo deben ser industrializados por el Estado, precisando que este es actualmente el caso concreto del litio, y deberán serlo de hoy en adelante también las tierras raras.

Finalmente, no se puede hablar de sociedades y menos estratégicas si es que uno de los participantes entra al negocio en clara desventaja, no conoce a cabalidad su producto menos la cantidad y la calidad e incluso su composición, para sortear estas desventajas comparativas se debe fortalecer las ventajas competitivas, nos referimos a que se debe dejar de exportar productos mineros en bruto, fundirlos y en el mejor de los casos refinarlos y saber lo que se está exportando, saber la realidad de los precios en el mercado internacional, donde nosotros somos los productores cautivos y sometidos al monopolio u oligopolio de algunas trasnacionales o gobiernos imperialistas. Por tanto, el camino es la soberanía en la producción e industrialización del litio y las tierras raras.

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