Morir de hambre o morir de COVID19 es lo mismo.

Comparte:

LA LUCHA DE CLASES EN PANDEMIA

Salir o no salir, esa es la cuestión. Comer o no comer, comer o morir es el centro de la contradicción entre gobierno y el pueblo, entre ricos y pobres.

Mientras el gobierno, la oligarquía, sus siempre listos pititas, los burócratas del Estado con sueldo mensual  asegurado piden y claman «quédate en casa», pues en su casa no les falta nada, es más, vemos cada día en las redes los miles de casos de obesidad emergente de la cuarentena; pero por el otro lado, con la inmensa mayoría de la población, sucede todo lo contrario.

Entre los sectores populares, los “cuenta propias”, choferes asalariados, pequeños comerciantes, trabajadores de la construcción, artesanos, obreros de fábricas medianas y pequeñas cerradas por la quiebra, cada día se va configurando como la única solución posible es “salir a la calle” a riesgo de ir preso o de contagiarse porque en casa no les queda ni un mendrugo de pan, ni un arroz para llevarse a la boca.

Suicidios, feminicidios, infanticidios por doquier, fugas o salidas subrepticias por la noche para entrarse a alguna casa o tienda  en pos de comida que, poco a poco pueden acercarse a extremos de  matar para comer frente a la desesperación e impotencia que aqueja a la población.

“Quédate en Casa”, además, al régimen que protege y representa a la lumpen  oligarquía, le ha caído como anillo al dedo en su afán prorroguista porque con el encierro, sin necesidad de fiscales, jueces ni policías, ha logrado enclaustrar a todo el pueblo. Todos estamos con “detención domiciliaria express”, «voluntaria» sin que hasta ahora, hubiera logrado contener el descontento y la creciente convulsión social y mucho menos atender con voluntad y algo de eficiencia la pandemia.

 Eran cuatro, luego cinco, ahora son seis los puntos del país bloqueados en  desacato a la cuarentena y aunque le atribuyan al MAS como hacen con todas las cosas que el gobierno hace mal, se trata de movilizaciones absolutamente espontáneas, impulsadas únicamente por la necesidad vital y elemental de comer.

Los últimos acontecimientos de corrupción flagrante, han  demostrado que al régimen de Añez, solo le interesa robar y prorrogarse para  asegurar su impunidad y que no le interesa en lo más mínimo la pandemia, sino sólo en tanto  le sirva para enriquecerse ella y su clan familiar en el poder.

Decreto Supremo incluido, se les ha concedido suculentos bonos y recursos financieros  a los militares y  a los policías  les han soldado los bonos al básico, pero a los médicos que son los que de verdad son necesarios en estas circunstancias,  les deben sueldos desde el mes pasado, los nuevos sueldos son dos a tres mil bolivianos, no  firman los contratos de los nuevos, no se les brinda equipos de bioseguridad, muchos ya se han declarado  en huelga de hambre, otros han renunciado  por su seguridad.

Morir de hambre o morir de covid19 es lo mismo. En estas condiciones probablemente en las calles existan más probabilidades de vivir, que encerrado  pasando hambre, viendo a sus hijos llorar, gritar de hambre con la impotencia de no poder alcanzarles nada, verlos enflaquecer, que se le hunden los ojos en medio de profundas ojeras, les resaltan  las costillas, las vértebras, los pómulos.

Parece quedar cada vez más claro que solo las elecciones y un gobierno democrático emergido de ellas es la única solución.

Por Marcos Farfán Farjat

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *